En el contexto político actual de la región de Norteamérica, la conversación en torno a los posibles escenarios como resultado del cambio de liderazgo en Estados Unidos podrá traer como resultado algunas consecuencias significativas, como lo es un giro radical en la dinámica del T-MEC. En este contexto, EY, firma líder en servicios profesionales de auditoría, impuestos, consultoría, estrategia y transacciones, analiza las implicaciones de la posible imposición de aranceles por parte de Donald Trump.
“En los Estados Unidos, un presidente puede implementar o modificar aranceles sin la intervención del Congreso por motivos de seguridad nacional o perjuicio económico. Trump ejerció esta facultad durante su último mandato como presidente”, comenta Ari B. Saks, Associate Partner de Impuestos, Coordinador de los servicios de Nearshoring en EY México, y Miembro del grupo global de Geoestrategia de EY. “Por lo que podemos esperar que en próximos días o semanas se anuncien medidas ejecutivas para imponer nuevos aranceles. Es decir, en Norteamérica estamos viendo visiones geopolíticas confrontadas y como resultado de esto, en un futuro cercano probablemente veamos el incremento de barreras comerciales.”
Las declaraciones que el nuevo presidente de EE. UU. ha hecho recientemente pueden indicar que se impondrán los siguientes aranceles, ya sea de forma abrupta o escalonada:
- Aranceles generales de hasta el 10 % y el 20 % sobre todas las importaciones a los Estados Unidos.
- Aranceles adicionales de hasta el 10 % sobre todos los demás aranceles a los productos procedentes de China.
- Aranceles de hasta el 25 % sobre todos los productos que ingresen a Estados Unidos provenientes de México y Canadá.
- Aranceles de hasta el 25 % sobre productos procedentes de países generadores de migrantes que están ingresando ilegalmente a Estados Unidos, en su mayoría de países centroamericanos.
- Aranceles de hasta el 60 % a productos procedentes de determinados países denominados rivales.
- Aranceles de hasta el 100 o 200 por ciento sobre determinados automóviles producidos en el extranjero.
Adicionalmente, y a diferencia de otras medidas similares, líderes del Congreso de los Estados Unidos han estado debatiendo la viabilidad de promulgar aranceles de manera legislativa, un método poco usual que no ha sido utilizado en los últimos años. En este sentido, el Congreso estaría buscando poder utilizar lo recaudado por estos nuevos aranceles de manera oficial, para compensar el costo de la ampliación de la “Tax Cuts and Jobs Act”, (TCJA por sus siglas en inglés), algo que ha generado una inquietud debido a que en el futuro seria complicado eliminar los aranceles legislativos.
A partir del primer trimestre del 2025, en un escenario en donde exista una imposición de aranceles del 25 % para todas las importaciones de mercancías provenientes de México y Canadá, así como aranceles del 10 % a las importaciones de productos de China; existe la posibilidad de que estos países respondan con aranceles en especie a productos de Estados Unidos, lo que podría traer efectos negativos para las economías de Norteamérica y el mundo.
Estos efectos negativos se podrían ver reflejados en el producto interno bruto (PIB) de muchos países. Por ejemplo, México podría ver disminuido su PIB en –1.6 %, Canadá en un –2.7 % y los Estados Unidos.
“Finalmente, es necesario resaltar que en estos días hemos podido observar dos visiones geopolíticas completamente opuestas. Se espera que el Partido Republicano actúe con rapidez respecto de las prioridades de Trump, por lo que habría posibles cambios importantes rápidamente”, añadió Ari B. Saks. “Es así, que la recomendación para empresarios de todo el mundo es aprovechar el tiempo entre los primeros 100 días de la administración de Trump para establecer y ordenar prioridades, mantenerse informados, trabajar en desarrollar escenarios y modelar posibles cambios fiscales relacionados con el comercio internacional”.