- Actualmente, los porcicultores logran una gestión eficiente de los recursos naturales y aseguran un equilibrio entre productividad y sostenibilidad.
- En México se produce carne de puerco que pasa por altos estándares de calidad, de tal forma que la proteína que llega a Japón es la misma que consumimos en América Latina y México.
La industria porcina en México se posiciona como una de las más dinámicas y sostenibles a nivel global. Durante el año 2024, el sector alcanzó una producción de 1.7 millones de toneladas de carne de cerdo, consolidándose como la segunda fuente de proteína animal más importante del país1. Este crecimiento ha sido impulsado por innovaciones tecnológicas y prácticas sustentables que protegen los recursos naturales y promueven el bienestar animal.
La industria porcina en México está alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas, cumpliendo con al menos siete de los 17 objetivos globales. Entre ellos destacan: el fin de la pobreza (ODS 1), hambre cero (ODS 2), agua limpia y saneamiento (ODS 6), trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8), y producción y consumo responsables (ODS 12). Estas iniciativas reflejan el compromiso del sector con el bienestar de las comunidades, el medio ambiente y la economía nacional.
La porcicultura en México ha logrado consolidarse como un sector estratégico gracias a la integración de tecnologías y prácticas responsables que optimizan el uso de recursos naturales. El programa “Meta Descarga Cero,” implementado por Kekén, empresa mexicana líder de producción de carne, es un ejemplo en la industria. Este innovador modelo implementado desde 2018 permite ahorrar hasta un 50% de agua en cada granja mediante procesos avanzados de tratamiento y reutilización, reduciendo el impacto ambiental y protegiendo los recursos hídricos en regiones clave.
“Hoy estamos transitando hacia una porcicultura sustentable que genera valor y una rentabilidad económica, por ello la sustentabilidad no es una opción, es el único camino para garantizar el futuro de la producción porcina en armonía con el medio ambiente y la sociedad” destacó Alicia Nuñez Turriza, Gerente de Sustentabilidad de Kekén. Este compromiso se refuerza con iniciativas tecnológicas y el desarrollo de productos que optimizan los procesos productivos, al tiempo que cumplen con los más altos estándares de calidad y seguridad.
El bienestar animal es un pilar fundamental en la producción porcina responsable. Gracias a la implementación de protocolos que garantizan la salud y el manejo ético de los animales, las granjas mexicanas han alcanzado estándares internacionales, incluyendo los exigentes requisitos del mercado japonés. En ese sentido, es importante destacar que la carne que llega a las mesas de Asia es la misma que se distribuye en América Latina o en estados como Yucatán.
La porcicultura no solo genera alimentos de alta calidad, también impulsa el desarrollo socioeconómico en el país. Con más de 40 mil empleos directos e indirectos, esta industria representa una fuente importante de ingresos para las familias mexicanas. Empresas como Kekén han promovido proyectos sociales y de empleabilidad, beneficiando a comunidades rurales con programas como “Apoyo Agrícola,” que fomenta la sostenibilidad agrícola mientras mejora las condiciones de vida de más de 500 familias.
De cara al 2025, el sector porcícola en México continuará su crecimiento con una visión clara: consolidar prácticas que reduzcan su huella ambiental y fortalezcan el bienestar animal. La combinación de tecnología avanzada, estándares de calidad internacional y responsabilidad social demuestra que es posible alimentar al mundo mientras se cuida del planeta.