La prevención del suicidio es urgente en México, donde la tasa en hombres es cuatro veces mayor que en mujeres. Identificar las 5 señales alarma para la prevención del suicidio y para reaccionar, como desesperanza y ansiedad, y practicar la escucha activa, es vital para abordar esta crisis de salud mental.
5 señales de alarma para la prevención del suicidio y cómo reaccionar
Cada 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial para la prevención del suicidio, una fecha que subraya la urgencia global de abordar esta crisis de salud mental. Los datos en México son alarmantes y reflejan una profunda disparidad de género. De acuerdo con la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (CONASAMA), la tasa de suicidio en mujeres es de 2.5 por cada 100,000 habitantes, mientras que en hombres asciende a 11.4 por cada 100,000, una diferencia de género que requiere estrategias de prevención del suicidio especializadas.
A nivel mundial, el suicidio se ha convertido en la cuarta causa de muerte entre personas de 15 a 29 años, y una de cada 100 muertes ocurre por suicidio cada año, lo que equivale a una vida perdida cada 40 segundos.
El suicidio es un hecho que no solo afecta a la persona, sino también a sus familias, comunidades y a la sociedad en general. Comprender la paradoja suicida es crucial: aunque las mujeres suelen expresar pensamientos suicidas con mayor frecuencia, los hombres, debido a factores sociales y culturales ligados a la masculinidad, tienden a pedir menos ayuda, resultando en tasas de suicidio consumado hasta cuatro veces mayores. Esta diferencia subraya la importancia de la prevención del suicidio dirigida a ambos grupos.
No todas las personas que atentan contra su vida padecen depresión. También influyen otros trastornos como la ansiedad, la psicosis, los trastornos de personalidad, el dolor crónico, el consumo de sustancias o factores externos como la violencia y las crisis económicas.
5 Señales de alarma clave y cómo reaccionar
Aunque en muchos casos pueden no presentarse, la prevención del suicidio comienza con la capacidad de reconocer estas señales de alarma:
1. Comunicación directa o indirecta de intención
Esta es la señal de alarma más clara. Incluye hablar sobre querer morir, expresar sentimientos de ser una carga para otros, mencionar el deseo de desaparecer o de no encontrar un propósito en la vida. Es fundamental tomar estas verbalizaciones siempre en serio.
2. Estados emocionales intensos y persistentes
Experimentar vacío persistente, desesperanza, tristeza intensa, ansiedad o agitación, o la mención de un dolor significativo (ya sea físico o emocional) son señales de alarma. La desesperanza persistente es un predictor clave de riesgo.
3. Sentimientos de culpa, vergüenza o ser una carga
El sentimiento de ser una carga o la expresión de una culpa y vergüenza profundas pueden llevar a la persona a creer que el suicidio es una forma de aliviar el sufrimiento de sus seres queridos. Este es un síntoma común que requiere intervención inmediata.
4. Cambios súbitos en el comportamiento y aislamiento
Las fluctuaciones abruptas en el estado de ánimo, pasar de una tristeza intensa a una calma repentina (que puede indicar que ya tomó una decisión) o el aislamiento social son señales de alarma críticas. También lo son las conductas imprudentes, el incremento en el consumo de sustancias, o regalar objetos de valor y despedirse.
5. Dolor crónico e interferencia con la vida diaria
El dolor crónico y los trastornos que dificultan la vida diaria, como la ansiedad severa o la psicosis, influyen en la intención suicida. Identificar estas condiciones como posibles factores de riesgo es parte esencial de la prevención del suicidio.
La respuesta activa y profesional
La prevención del suicidio no es una tarea exclusiva de los especialistas. La escuela y el trabajo son espacios clave. En el ámbito escolar, contar con maestros capacitados permite identificar a tiempo a estudiantes en riesgo. En el ámbito laboral, un empleo estable puede ser un factor protector, mientras que la precariedad incrementa el riesgo, por lo que promover un ambiente sano, prevenir el acoso e impulsar programas de salud mental es fundamental.
El manejo profesional de pacientes con riesgo resulta indispensable: una atención especializada posibilita la evaluación del riesgo, la aplicación de intervenciones psicoterapéuticas y farmacológicas basadas en evidencia, y la seguridad del paciente.
¿Qué hacer si detecto que alguien cercano a mí tiene inclinaciones suicidas?
La prevención del suicidio comienza con la escucha activa y la acción temprana:
- Escucha sin Juzgar: No invalides el sentir de la otra persona. Evita frases como “ya anímate”. La empatía es elemental.
- Habla del Tema con Cuidado y Claridad: Preguntar directamente “¿has pensado en hacerte daño o quitarte la vida?” no induce a hacerlo, al contrario, puede aliviar la carga de guardarlo en silencio.
- No lo Dejes Solo si Está en Crisis: Acompáñalo físicamente o mantente en contacto constante. Retira objetos con los que pueda hacerse daño si hay un riesgo inminente.
- Fomenta la Búsqueda de Ayuda Profesional Inmediata: Anímalo a acudir con un psicólogo o psiquiatra. Si el riesgo es alto, llama a emergencias.
- Activa Redes de Apoyo: Contacta a familiares o amigos de confianza para encontrar un mejor manejo de la situación.
- Cuida también de ti Mismo: Buscar apoyo emocional o asesoría es necesario.
Buscar ayuda profesional no es debilidad, sino un acto de valentía y cuidado personal. Hablar puede salvar una vida.
Líneas de apoyo y ayuda profesional en México
El suicidio no es la única salida; siempre hay alternativas y personas dispuestas a acompañarte:
- Línea de la Vida: 800 911 2000 (disponible 24/7 y gratuita).
- SAPTEL: 800 472 7835.
- Locatel (CDMX): 555 658 1111.
- CECOSAMA: Centros Comunitarios de Salud Mental y Adicciones (para atención presencial sin costo).


