El seguro para el hogar no es una prioridad en México, a pesar de los constantes desastres naturales. Existen 7 razones clave para esta falta de protección, desde la baja cultura financiera hasta la desconfianza en el seguro y su costo percibido.
7 razones por las que las personas no contratan un seguro para el hogar en México
Aunque cada año los desastres naturales afectan miles de hogares, el seguro para el hogar sigue sin ser una prioridad real para la mayoría de los mexicanos. En México, fenómenos como sismos, huracanes e inundaciones son una realidad constante. Cada año, miles de personas se ven afectadas por eventos naturales que interrumpen su vida cotidiana y, en muchos casos, generan pérdidas materiales significativas.
Sin embargo, a pesar del impacto visible de estas situaciones, la contratación de pólizas para el hogar no refleja esa urgencia. Es común que, incluso en los casos donde se contrata, las pólizas sean canceladas meses después, una vez que la percepción de riesgo ha disminuido.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), la penetración del seguro para el hogar en el país es sumamente baja: solo el 6.5% de las viviendas en México cuentan con un seguro de daños voluntario.
Este comportamiento pone en evidencia un patrón: se tiende a reaccionar, pero no a planificar. El interés por proteger el hogar se despierta tras el evento, pero se desvanece con el tiempo. El seguro para el hogar no elimina el riesgo, pero sí permite gestionarlo con mayor certeza.
7 Razones clave para no contratar un seguro para el hogar
La baja penetración del seguro para el hogar en México se explica por una combinación de barreras financieras, culturales y perceptuales. Estas son las 7 razones comunes por las que las personas no contratan un seguro de protección:
1. Percepción de que es un gasto innecesario
El seguro para el hogar se considera un gasto opcional y no prioritario frente a otros compromisos financieros como deudas, educación o gastos básicos. Las personas prefieren destinar ese capital a necesidades inmediatas o tangibles, en lugar de a la protección contra un evento futuro e incierto.
2. Falta de cultura financiera preventiva
Existe una poca costumbre de anticiparse a los riesgos con soluciones de protección. Esta falta de cultura financiera preventiva lleva a muchas familias a asumir que el Estado o los apoyos temporales se harán cargo de las pérdidas tras un desastre natural, sin considerar que la reconstrucción total de una vivienda es una carga económica que puede devastar las finanzas personales.
3. Creencias erróneas sobre su complejidad
Muchas personas piensan que contratar un seguro para el hogar es un proceso excesivamente complicado o burocrático, con una letra pequeña que dificulta la indemnización. Esta creencia genera un obstáculo mental que frena la intención de búsqueda e impide conocer la facilidad con la que hoy se pueden adquirir muchas pólizas online.
4. Mitos sobre el costo
Se asume de manera generalizada que el seguro para el hogar es caro, lo que disuade a una gran parte de la población a investigar opciones. En realidad, existen coberturas básicas con precios accesibles que incluyen la protección contra desastres naturales como sismos e inundaciones. El costo de asegurar una casa suele ser mínimo comparado con el valor total del inmueble y el riesgo de perderlo todo.
5. Desconocimiento de los beneficios concretos
Muchas personas no saben con exactitud qué incluye una póliza de seguro para el hogar. Desconocen que va más allá de cubrir daños estructurales y que puede incluir: protección de contenidos (muebles, electrodomésticos, etc.), responsabilidad civil por daños a terceros, asistencia en el hogar (plomería, electricidad, cerrajería) y apoyo financiero para renta en caso de que el inmueble quede inhabitable.
6. Desconfianza en las aseguradoras y el proceso de indemnización
Una razón común es la desconfianza histórica en las instituciones financieras. Existe el miedo de que, al momento de la verdad, la aseguradora ponga trabas burocráticas, excusas legales o no pague la cantidad total de la indemnización, dejando al asegurado desamparado. Esta percepción de que las pólizas son difíciles de hacer efectivas frena la contratación del seguro para el hogar.
7. Dependencia del apoyo gubernamental o familiar
Existe una expectativa de que, en caso de un desastre natural grave, el gobierno brindará ayuda suficiente o que la red de apoyo familiar y social será capaz de cubrir las pérdidas materiales. Esta dependencia reduce la motivación individual para invertir en protección privada y refuerza el ciclo de reaccionar en lugar de planificar.
La empatía y la claridad de la ciencia
Contar con un seguro para el hogar no elimina el riesgo, pero sí permite gestionarlo con mayor certeza. Y, sobre todo, brinda tranquilidad ante situaciones que están fuera de nuestro control. Adoptar una cultura financiera de protección en México es un paso esencial para reducir la vulnerabilidad de miles de familias ante la amenaza constante de los desastres naturales.


