La movilidad humana se ha consolidado como un motor económico estratégico para México y Latinoamérica, según el estudio. En 2023, la región registró 47 millones de desplazamientos, reconfigurando mercados laborales e impulsando el desarrollo. Particularmente, México ya recibe remesas equivalentes a más del 4% de su PIB, una cifra que supera la inversión extranjera directa y subraya la dependencia estructural de la migración para sostener sectores estratégicos como logística, construcción y cuidados.
México y Latinoamérica: el motor económico migrante que sostiene el desarrollo y la innovación
El estudio sobre Movilidad Humana revela que el desplazamiento de personas en Latinoamérica es mucho más que una respuesta a las crisis; se ha convertido en una fuerza económica fundamental. La región registró una cifra histórica de 47 millones de desplazamientos en 2023, alcanzando un total de 75.9 millones de personas en situación de movilidad interna, lo que está reconfigurando por completo los mercados laborales.
México, en particular, enfrenta un fenómeno complejo que lo posiciona como un país doble: de origen y receptor al mismo tiempo. Las remesas, el dinero enviado por los migrantes a sus familias, se han consolidado como un motor financiero insustituible. Estos flujos representan más del 4% del PIB nacional, superando consistentemente a la inversión extranjera directa.
Blanca Juana Gómez señaló que la movilidad humana es una fuerza económica estratégica que sostiene sectores estratégicos completos y actúa como uno de los motores más potentes de resiliencia, innovación y crecimiento en México y Latinoamérica.
El impacto estructural en sectores estratégicos
La influencia de la migración no se limita a las remesas financieras; tiene un efecto transformador directo en diversas industrias. Sectores como logística, construcción, agroindustria, servicios humanitarios y cuidados dependen cada vez más de la mano de obra migrante en México. Además, la reinserción laboral de mexicanos retornados, impulsada por iniciativas como Conexión Empresarial Paisano, busca cubrir déficits de talento y fortalecer la productividad nacional.
Este patrón de dependencia económica se replica en otros puntos de la región. En Colombia, la integración de más de 2.8 millones de venezolanos ha revitalizado mercados urbanos y el consumo. De manera similar, Perú ha recibido más de 1.5 millones de venezolanos, logrando un retorno fiscal positivo.
La tendencia se intensificará, advierte el estudio. El panorama a futuro incluye un aumento significativo de desplazamientos climáticos, estimados entre 44 y 216 millones de personas en las próximas dos décadas, lo que presionará aún más la infraestructura urbana y los mercados laborales de la región.
Un cambio de narrativa global
El informe de LLYC destaca un cambio en la percepción global sobre la migración. El Radar IA incluido en el estudio detectó un crecimiento significativo (entre 31% y 45%) en las menciones que vinculan la migración con productividad, innovación y contribución económica, desplazando el tradicional enfoque de “crisis”.
Este cambio de narrativa se apoya en datos duros de otras regiones. En Estados Unidos, el 73% de los productores agrícolas reporta dificultades para contratar, y Europa ha visto a migrantes ocupar 3.2 millones de los 7.2 millones de empleos creados desde 2019. Por consiguiente, la movilidad humana se confirma como una condición estructural del crecimiento económico actual a nivel mundial.
En conclusión, el reto para los gobiernos y las empresas en México y Latinoamérica no es simplemente gestionar el tránsito de personas, sino anticipar su valor y traducirlo en políticas laborales, urbanas y productivas. La migración emerge como uno de los activos más estratégicos para sostener y acelerar el desarrollo económico en la región.


